Mosaico
El Museo de Arte Moderno (MAM) exhibe hasta este domingo una destacada selección de la serie Ondulaciones del pintor argentino de origen japonés Kasuya Sakai (1927-2001). Esta colección, creada en 1976 durante su estancia en México, reúne siete pinturas acrílicas de gran formato que exploran formas geométricas y colores vibrantes.
La muestra, ubicada en la sala Fernando Gamboa, invita a experimentar una relación sinestésica entre música y arte, pues cada obra lleva el nombre de una pieza musical emblemática del jazz y la música experimental, como All Set for Jazz Ensemble de Milton Babbitt, Come Out de Steve Reich o Agartha II de Miles Davis. Esta conexión refleja la doble faceta de Sakai, quien además de artista fue locutor y programador de radio especializado en jazz dentro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Los curadores destacan que la obra de Sakai se inscribe en la abstracción pospictórica, corriente que surgió en los años 70 y que se caracteriza por una pintura lisa y geométrica, desvinculada de la gestualidad expresionista. En México, Sakai es considerado pionero del arte geométrico, estilo que contribuyó a consolidar y que propicia una interacción particular con el espectador a través del juego cromático y espacial.
Influenciado por la obra del maestro japonés Ogata Kōrin, Sakai desarrolló en México composiciones de bandas ondulantes y planos de color que remiten a partituras musicales visuales, generando variaciones cromáticas que parecen vibrar sobre la superficie de la pintura.
Nacido en Buenos Aires, Sakai estudió en Tokio antes de regresar a Argentina, y finalmente se instaló en México en 1965, donde impartió clases en El Colegio de México y colaboró en la revista Plural. Su trabajo forma parte tanto de la exposición actual como de la colectiva La aparición de lo invisible: Arte no figurativo en México, 1948-1978, que se mantendrá hasta el 31 de agosto en el mismo museo.
Kazuya Sakai: Ondulaciones puede visitarse en el Museo de Arte Moderno, ubicado en Paseo de la Reforma esquina Gandhi, en el Bosque de Chapultepec.
Fuente: La Jornada