Daniel Acosta Fregoso impulsa una nueva generación de liderazgo joven desde la participación y el activismo

 

Nuevo León

A sus 31 años, Daniel Alejandro Acosta Fregoso representa una de las figuras más sólidas del relevo generacional en la política mexicana. Su perfil combina activismo, formación académica de alto nivel y experiencia internacional, lo que le ha permitido construir un liderazgo distinto, alejado de los moldes tradicionales. Su trayectoria ha sido reconocida por la revista Líderes Mexicanos, que lo incluyó entre los 50 jóvenes más influyentes del país.

Lo que distingue a Acosta es su origen: no es producto de una estructura partidista, sino de una vocación por el servicio público que comenzó en el voluntariado y el emprendimiento social. Fue vicepresidente nacional de Jóvenes Coparmex y cofundador de la plataforma Marcavidas, con la que obtuvo en 2015 el World Innovation Award por Innovación Social. Desde entonces, ha trabajado por construir un México más justo desde distintas trincheras: la empresa, la academia, la sociedad civil y ahora, el Gobierno.

Su paso por foros internacionales como el G20, donde representó a México en Austria, China y Alemania, y su formación en el programa Emerging Leaders de la Universidad de Harvard, fortalecieron su visión global sobre el liderazgo ético y estratégico. También ha llevado su vocación pedagógica a las aulas, impulsando iniciativas como “Participar Nos Mueve”, que promueve el diálogo y la acción entre estudiantes de preparatoria y universidad, alcanzando ya a más de 3 mil jóvenes en Nuevo León.

Desde su actual responsabilidad como Secretario de Participación Ciudadana, Acosta ha integrado esta visión juvenil a las políticas públicas. Programas como “Rockeando con Valor”, que combate el bullying con música y mensajes de empatía, y las “Asambleas Ciudadanas” donde miles de personas votan directamente sobre temas locales, reflejan su apuesta por una ciudadanía activa, inclusiva y con voz real en el proceso gubernamental.

Daniel Acosta representa una nueva forma de hacer política: una que no parte de intereses personales ni de estructuras heredadas, sino del diálogo, la escucha y la acción colectiva. Su capacidad de conectar con la juventud, de traducir ideas en políticas públicas y de involucrar a la sociedad en la toma de decisiones lo proyecta como un actor clave en el futuro político del país.

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