Bolivia: Indígenas aimaras toman la alcaldía de Viacha y fuerzan retiro de licencias mineras


 Bolivia

Un grupo de comunarios aimaras ocupó este lunes la alcaldía de Viacha, en el departamento de La Paz, para exigir el retiro inmediato de las licencias de más de 20 empresas mineras acusadas de contaminar tierras de pastoreo, agua y cultivos, lo que ha generado enfermedades en personas y mortandad en el ganado.

La protesta comenzó en la mañana con forcejeos entre manifestantes y un pequeño contingente policial, y se extendió hasta la tarde, cuando el alcalde Napoleón Yahuasi entregó una ley municipal firmada que ordena la revocatoria de todas las licencias de operación minera en el municipio. La norma establece, además, la obligación de iniciar procesos de cierre y mitigación ambiental, así como acciones judiciales de cumplimiento.

“Los animales se están muriendo, nuestros compañeros se enferman. Queremos justicia, no más minería ni fábricas que destruyan el campo y el agua”, declaró el dirigente comunal Narziso Canaviri.

Documentos oficiales de la Gobernación de La Paz muestran que en 2023 se identificaron nueve empresas mineras, legales e ilegales, que arrojaban desechos líquidos en la zona. Un año después, la cifra se elevó a 23. Los reportes advierten del desborde de aguas ácidas, ausencia de planes de manejo de residuos y acumulación de arenas contaminantes en áreas de secado de colas.

La dirigente indígena Amelia Paco denunció presuntos acuerdos de la municipalidad con compañías privadas y de origen chino dedicadas al “lavado de oro”, pese a que Viacha es un territorio de vocación agropecuaria y ganadera, y no cuenta con reservas auríferas. “Traen tierra de otros lugares porque aquí hay ríos. Con los desbordes, todo termina contaminado”, afirmó.

El presidente del Concejo Municipal, Fredy Romero, explicó que las empresas utilizan cianuro y otros químicos para procesar material trasladado de otras zonas. Según advirtió, los residuos se infiltran en el subsuelo, comprometiendo fuentes de agua subterránea.

Habitantes de la zona mostraron a EFE riachuelos con aguas turbias y montículos de tierra acumulada por las compañías, además de grandes piscinas de residuos con recubrimientos impermeabilizantes listas para operar.

“Los metales pesados llegan a los pastizales, enferman al ganado y causan deformaciones genéticas. Muchos animales mueren”, relató el comunario Fredy Rojas.

Los pobladores alertaron que la contaminación amenaza la producción de leche, carne y quesos —base de la economía regional a 4.000 metros de altitud— y que el impacto podría ser aún mayor si los riachuelos contaminados terminan afectando al río Katari, afluente del lago Titicaca, compartido con Perú.

Fuente: SWI

Artículo Anterior Artículo Siguiente