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Un equipo internacional de astrónomos ha logrado observar las etapas iniciales de la formación de planetas alrededor de una estrella joven, un proceso que reproduce el origen de nuestro propio Sistema Solar, según un estudio publicado este miércoles en la revista Nature.
La investigación, liderada por la profesora Melissa McClure de la Universidad de Leiden (Países Bajos), se centró en la estrella HOPS-315, ubicada en la nebulosa de Orión a aproximadamente 1,300 años luz de la Tierra. Esta estrella en formación presenta características similares a las del Sol en su etapa primordial.
En torno a estas estrellas jóvenes existen discos compuestos por gas y polvo, denominados discos protoplanetarios, donde comienzan a formarse los planetas. En el interior de estos discos, minerales cristalinos que contienen monóxido de silicio (SiO) se condensan a temperaturas extremadamente elevadas, dando origen a los primeros cuerpos sólidos conocidos como planetésimales.
El hallazgo clave fue la detección, por primera vez, de estos minerales en proceso de condensación dentro del disco que rodea a HOPS-315. Los investigadores identificaron la presencia de monóxido de silicio tanto en estado gaseoso como en forma sólida dentro de los minerales, indicando que el proceso de formación planetaria acaba de comenzar.
Para este descubrimiento, los científicos utilizaron inicialmente datos obtenidos con el telescopio espacial James Webb (JWST) y posteriormente complementaron el análisis con observaciones del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en Chile, que permitieron localizar el origen de estas señales químicas en una región del disco similar en tamaño a la órbita del cinturón de asteroides del Sistema Solar.
“La importancia de este sistema radica en que nos ofrece una ventana única para estudiar procesos que ocurrieron en la formación de nuestro propio sistema solar”, comentó Merel van’t Hoff, profesora de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) y coautora del estudio.
Este avance marca un paso significativo en la comprensión de los mecanismos que dan origen a sistemas planetarios, reforzando la capacidad de la astronomía moderna para observar la génesis de estructuras cósmicas complejas.
Fuente: Jornada